Dos de los relojes del edificio municipal volvieron a funcionar después de más de 20 años. El técnico encargado de la reparación fue Roberto Bullares. Se trata de los relojes que dan hacia calle Alem y el de calle 25 de Mayo.
El edificio municipal fue inaugurado en 1942, cuando el intendente era Héctor Oscar Antuña. Hasta fines de los 90, los relojes funcionaban perfectamente y aportaban un encanto arquitectónico especial y funcionalidad.
“Desde que dejó de trabajar el relojero Antonio Fortte, que era el encargado de mantener los relojes en funcionamiento, que no funcionaban”, comentó Bullares. Y continuó: “Me puse a investigar y descubrí un engranaje gastado. Tuve que estudiar con planos hechos a mano, cómo funcionaban los péndulos, pesas, levas, cadenas y engranajes. El desafío era ponerlos en hora y tratar de que no atrase ni adelante”.
Y es que Antonio Fortte había diseñado un sistema propio de engranajes y contrapesos para que los relojes siguieran funcionando, aunque no hubiera energía.
Para imaginar un poco el panorama con el que se encontró el técnico basta una imagen: “La grasa estaba petrificada”. Tuvo que limpiarse todo con más de 5 litros de nafta.
Para el beneplácito y orgullo de los sanmartinianos, las dos caras del reloj hacen más de 10 días que están en funcionamiento, con la hora exacta.
Por redacción