Comenzaron a debatirse los proyectos de ley en la Comisión de Legislación del Trabajo. El encuentro contó con la participación de especialistas, dirigentes sindicales y la ministra de Trabajo de la Nación.
La Comisión de Legislación del Trabajo realizó hoy una reunión informativa con el objetivo de debatir los proyectos sobre la reducción de la jornada laboral. Expusieron la ministra de Trabajo de la Nación, Raquel “Kelly” Olmos, representantes de CTA de los Trabajadores y CTA Autónoma, especialistas de la Unión Industrial Argentina y abogados laboralistas.
Son siete proyectos que se pusieron en consideración: cinco de ellos de autoría del Frente de Todos, uno del bloque Socialista y otro del Frente de Izquierda. Las iniciativas apuntan a modificar la jornada laboral, regulada por las leyes 11.544 y 20.744.
Al comienzo de la reunión, la titular de la Comisión explicó que se inicia un debate para “modernizar y actualizar la legislación laboral”, la cual dentro de cinco años cumpliría los cien años de establecida. Frente a los avances tecnológicos, al cambio en las relaciones laborales y la inclusión de la robótica, Siley instó a “discutir la modernización con los derechos que le faltan a tantos trabajadores”.
Por su parte, la ministra de Trabajo de la Nación, Raquel “Kelly” Olmos, se mostró de acuerdo con la iniciativa laboral y consideró que “Argentina ha quedado rezagada a nivel legislación en el mundo”. “Mirando las estadísticas de la OCDE, hay una correlación entre la reducción de horas que se trabaja semanalmente y el nivel de productividad de las economías”, aseveró.
“Si optáramos por un mecanismo de reducción de las horas trabajadas en la semana, por supuesto, sin reducción salarial, estaríamos también impulsando una redistribución mucho más adecuada de la productividad alcanzada en el conjunto económico. Estaríamos aportando al concepto de justicia social”, argumentó la titular de la cartera de Trabajo.
Asimismo, manifestó que “como ministerio apoyamos esta iniciativa” y “promovemos que una reducción de las horas se haga de manera escalonada, con un horizonte y una previsibilidad”. En ese sentido, dijo que también es clave “fortalecer las competencias de la negociación tripartita de cada convenio colectivo para la mejor distribución de las horas”.
Una de las autoras de los proyectos, Claudia Ormachea (FdT) hizo hincapié en que la norma apunta a “mejorar la calidad de vida y la salud” de las personas, como así también “humanizar las relaciones del trabajo” con el objetivo de “que puedan compatibilizar mejor su vida laboral con su la familiar y social”, remarcó.
En representación de la CTA Autónoma, su secretario General Adjunto, Ricardo Peidró, afirmó que la iniciativa apunta a lograr “la igualdad en cuanto a la responsabilidad familiar”. Peidró, quien también es secretario Adjunto de la Asociación Agentes de Propaganda Médica de la República Argentina (AAPM), aseveró que la norma “se está aplicando y discutiendo en todo el mundo”. “La reducción de la jornada laboral va directamente relacionada con la salud y la seguridad en el trabajo”, subrayó.
En disidencia a la reducción de la jornada laboral, Julio Cordero, vicepresidente del Departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina (UIA), consideró que “frente a las tecnologías no es seguro que haya que limitarlo al trabajo, probablemente haya que ponerle más dignidad, hacerlo mejor, generar mejor clima en el lugar de trabajo, y esto no necesariamente se logra limitando la jornada, por ahí es al revés”.
Por su parte, el secretario Gremial de la CTA de los Trabajadores y secretario General del Sindicato de las Telecomunicaciones (FOETRA), Claudio Marín, pidió separar la cuestión del tiempo de trabajo con la productividad. “La reducción de la jornada no tiene porqué tener un correlato automático con una caída de la productividad”, soslayó.
Natalia Salvo, presidenta de la Corriente de Abogados y Abogadas Laboralistas “7 de Julio”, señaló que “estamos discutiendo intereses objetivos, y el interés de la parte trabajadora es, no solamente la humanización, sino tener mejores condiciones de trabajo y de vida”.
Desde la misma organización, Luis Padín, ratificó que “la reducción de la jornada es una asignatura pendiente”. Y, según su criterio, el eje central “es la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores”, lo cual facilitará la corresponsabilidad en las tareas de cuidado, como así también la reducción de la siniestralidad laboral.
La secretaria Internacional, Cooperación y Migraciones de Comisiones Obreras de España, Cristina Faciaben, expresó que “como premisa defendemos el derecho a la reducción del tiempo de trabajo, lo que da respuestas a las necesidades manifestadas por los propios trabajadores, además genera una autonomía sobre el tiempo de trabajo”.
Pablo Anino, economista, editor de Economía de la Izquierda Diario y en el programa radial El Círculo Rojo, solicitó ubicar el debate en el reparto de las horas de trabajo. “Si se produce una reducción de las horas y se da el reparto de las horas de trabajo que quedan liberadas, se podrían generar, en las doce mil grandes empresas del país, al menos 1.1 millones de puestos de trabajos nuevos”, especificó.
La representante de la Fundación Frederich Ebert en Argentina, Svenja Blanke, aclaró que “los desafíos del siglo 21 no podemos solucionarlos con ideas e iniciativas de los siglos 19 y 20”. “En 2024, Alemania va a empezar con una prueba que va a durar seis meses, con la participación 50 empresas de diferentes sectores, donde el objetivo es probar la reducción de la jornada a 32 horas con 100% de salario y productividad”, detalló.
Por redacción