Desde el 29 de enero de 1936 se convirtió en Catedral Primada de la República Argentina por ser considerada “Sede Prima”.
“Yo, Juan García Garay, teniente de Governador y Capitán General y Justicia mayor y alguacil mayor en todas estas provincias (…) estando en este Puerto de Santa María de los Buenos Ayres, hago y fundo una ciudad… La iglesia de la cual pongo su advocación de la Santísima Trinidad… y la dicha ciudad mando que se intitule Ciudad de la Trinidad”. Así nacía la historia. Juan de Garay había llegado de Asunción y daba paso a la segunda fundación de Buenos Aires, la “Ciudad de la Trinidad”. Y como era usanza de ese tiempo colonial: nacía la ciudad y nacía la iglesia.
Era un 11 de junio de 1580. Garay destinará un cuarto de manzana de la ciudad portuaria para la construcción de un humilde templo de barro, algunos lienzos y madera. Aquel precario templo ocupará el mismo espacio que actualmente cubre en el populoso Barrio de San Nicolás, la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, vecina de emblemáticos hitos patrimoniales y políticos argentinos: Casa Rosada, Cabildo de Buenos Aires, Ministerio de Economía y la sede del Banco Nación.
Hasta el vigente presente, la catedral porteña pasó por distintas etapas como testigo de los cientos de sucesos acaecidos en torno al cabildo porteño o las históricas concentraciones en Plaza de Mayo. Sufrió modificaciones, padeció incendios y fue reconstruida por derrumbes naturales (vientos y tempestades) o demoliciones en seis oportunidades. Fue el centro neurálgico de innumerables hechos sociales y políticos del país. Es el templo católico más importante de Argentina.
Por citar solamente algunas notas de sus más de cuatros siglos de vida, podríamos sostener como ejemplo de su historia: que el gobernador Hernandarias la mandó demoler en 1605; su patio funcionó como cementerio durante siglos; fue resguardo de vecinos durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807; observador preponderante de los tiempos revolucionarios en mayo de 1810.
Lugar de descanso de San Martín
En su interior se encuentra un mausoleo (obra del escultor francés Carrier Belleuse) con los restos del General José de San Martín, desde 1880 cuando los restos del Libertador fueron repatriados y están constantemente custodiados por una guardia de los Granaderos a Caballos junto a tres esculturas que representan los países liberados (Argentina, Chile y Perú); la ornamentación religiosa terminó en vísperas del centenario de 1910.
Fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1942 por Decreto Nacional Nº 120.412; en 1947 se descubrió una lámpara votiva con una leyenda: “Aquí descansan los restos del Capitán General Don José de San Martín y del soldado desconocido de la Independencia. ¡Salúdalos!; su curia fue incendiada en 1955 en respuesta al bombardeo de Plaza de Mayo, que ocasionó más de 308 muertos y alrededor de 800 heridos en tiempos de los virulentos enfrentamientos que derivaron en el golpe de estado a Perón.
Actualmente funciona como museo en honor al papa Francisco, ya que desde 1998 y hasta su consagración como Sumo Pontífice (2013), Jorge Bergoglio fue Arzobispo de Buenos Aires y el encargado de conducir la Arquidiócesis; y es el lugar tradicional de los Tedeum del 25 de Mayo a cargo del Arzobispo donde concurrieron casi todos los presidentes argentinos. Mientras que en las paredes de la catedral se encuentra un mural en conmemoración de las víctimas del holocausto, las bombas de la Embajada de Israel y de la AMIA.
La Diócesis de Buenos Aires
La bula que creó la diócesis fue firmada por Paulo V el 30 de marzo de 1620 y su primer obispo será Fray Pedro de Carranza. Estaba tan deteriorada la única iglesia de clérigos tomada como catedral que Fray Carranza escribirá al rey español: “está tan indecente (la catedral) que en España hay lugares en los campos de pastores y ganados más acomodados y limpios; no hay sacristía, sino una tan vieja, corta e indecente, de cañas, lloviéndose toda con suma pobreza de ornamentos (…) el Santísimo Sacramento está en una caja de madera tosca y mal parada, y el edificio es forzoso entablarlo, so pena de que dará toda en tierra”. (carta al reciente llegado al trono rey Felipe IV – 4 de mayo de 1621).
De ahí en más, la catedral fue sucesivamente siendo mejorada o reconstruida, pero distintos avatares hacían que todo se derrumbara nuevamente. Un hecho curioso fue cuando con mucha ayuda de la comunidad se pudo levantar la cuarta catedral. Corría 1725. Y hasta hubo un vecino (Tomas Trupp) que donó 5.000 pesos de esos tiempos para comprar cinco campanas. (Como curiosidad acotaremos que el actual campanario es electrónico y fue donado por la representación de Taiwán en nuestro país en 2014).
Continuando con el relato histórico, agregamos que las restauraciones no paraban ante nuevos derrumbes. Como se dice habitualmente: “arreglabas una gotera, y te aparecían tres. Levantabas una pared y se te caía la de enfrente”. En medio de tan dramática situación el cabildo porteño dispone partidas para gastos, llegarán lingotes de oro y plata de Potosí y nuevas colectas vecinales generarán un corto entusiasmo, pero nada alcanzará. Había que derribar todo y construir una nueva catedral.
Recién en 1791 se terminará de poner en pie la nueva catedral. Finalmente, el templo será consagrado por el Obispo Benito de Lue y Riega, el mismo obispo que tuviera una acción recordada en el Cabildo Abierto del 22 de mayo defendiendo los intereses de España, enfrentándose en duros debates a los sostenedores de la posición americanista.
Definitivamente será Arzobispado desde 1865 cuando la catedral se convierta en “Catedral Metropolitana”.
Datos y semblanzas de la catedral
Desde el 29 de enero de 1936 se convirtió en Catedral Primada de la República Argentina por ser considerada “Sede Prima”.
En el suelo del atrio, frente a la puerta central, se encuentra una estrella de ocho puntas que indicaba el punto de apoyo para la nivelación de la ciudad. En efecto, cuando se efectuó la nivelación de las calles se tomó la altura del peristilo de la catedral como “Cota 0”. Eso cambió con el tiempo, y desde 1899 se tomó como nueva “Cota 0” el nivel del Riachuelo en su desembocadura.
La catedral presenta una marcada diversidad de estilos en su interior. No olvidemos que la construcción del edificio actual fue iniciada en el Siglo XVIII y recién fue concluida a principios del Siglo XX, pasando por manos de varios arquitectos e ingenieros que trabajaron sobre distintos estilos.
Presenta dos púlpitos, pues en las antiguas catedrales se cantaba el Evangelio del día en el del costado derecho y la Epístola en el del izquierdo.
Hasta 1892 en el interior del edificio pendían banderas capturadas a los españoles en las guerras de la independencia. Por ejemplo: las de la rendición de Montevideo, Maipú, Pasco, Tucumán, Salta y Chacabuco. Hoy se encuentran en el Museo Nacional.
La actual fachada es de 1791. El frontispicio, con la escena del abrazo de José con sus hermanos (signo del abrazo de la Ciudad de Buenos Aires con las provincias) se inauguró en 1863. A primera vista se imponen las doce columnas corintias que representan los 12 apóstoles. Presenta cinco naves y su superficie ronda los 3.000 metros cuadrados.
Puede ser visitada de lunes a viernes de 8 a 19 y sábados y domingos de 9 a 19:30. Dispone de un servicio de visitas guiadas y de audioguías en diferentes idiomas.
Gentileza del Prof. Gustavo Capone