En tiempos donde la modernización y la digitalización prometen agilizar la vida cotidiana, el Registro del Automotor Nº 2 de San Martín, ubicado en calle Albuera, parece haberse convertido en un ejemplo de cómo los cambios mal implementados pueden generar un efecto contrario. Desde que se inició la reducción de personal y la informatización de gran parte de las gestiones, el lugar se encuentra colapsado de usuarios que, lejos de ser atendidos con eficiencia, enfrentan largas esperas, maltrato y falta de respuestas.
Uno de los principales problemas es el notable aumento en la cantidad de personas que requieren del servicio, mientras que el personal ha sido reducido por decisiones del Gobierno Nacional. A esto se suma el clima de tensión interna: empleados que, nerviosos por la alta demanda y por la incertidumbre laboral, muchas veces descargan su frustración en quienes menos culpa tienen: los ciudadanos. “Andá sacá turno” es la respuesta recurrente que reciben incluso quienes sólo quieren consultar qué formulario deben completar o dónde sacar una fotocopia.
Una vecina de San Martín relató que tuvo que asistir tres días seguidos —lunes, martes y miércoles— simplemente para que le entregaran una tarjeta de circulación solicitada hace más de un año. “Solo tienen que dármela, no tienen que hacer nada más. Decí que el jueves y viernes es feriado sino me hacen venir”, comentó indignada, pero ni así consiguió una solución rápida.
A nivel nacional se reconoce una fuerte carencia de insumos en muchas dependencias públicas, pero en este registro en particular, lo que más se ha resentido es la atención al público. Personas mayores, con discapacidad o con dificultades de movilidad deben esperar horas bajo la consigna “solicitá turno por la web”, que muchas veces asigna un horario que no se respeta, sumando más frustración al ya desgastante proceso.
La situación revela un trasfondo más profundo: la puja entre el Gobierno Nacional, los empleados y los titulares de los registros. Mientras tanto, los usuarios siguen pagando el costo de una burocracia que parece no tener en cuenta sus necesidades básicas.
¿A vos también te tocó vivir una situación similar en el Registro del Automotor?
Por redacción