Diez puertos del mundo recibirán al buque escuela argentino que comenzó su quincuagésimo primer (51) viaje de instrucción por los mares del mundo con la función de completar la formación profesional de los cadetes guardiamarinas de la Armada Argentina.
La Fragata Libertad zarpó el sábado 27 de mayo.
Desde el Apostadero Naval de Buenos Aires ha partido la Fragata Libertad. Diez puertos del mundo recibirán al buque escuela argentino que comenzó su quincuagésimo primer (51) viaje de instrucción por los mares del mundo con la función de completar la formación profesional de los cadetes guardiamarinas de la Armada Argentina. Pero no solo la tarea del emblemático navío nacional es formativa, procurando consolidar los conocimientos marítimos a los futuros guardiamarinas, sino también sus viajes contribuyen a estrechar lazos en el ámbito de las relaciones internacionales, pues la Fragata Libertad se comporta como un verdadero embajador de nuestra cultura, historia y tradición en cada puerto que recala.
En la oportunidad del presente viaje, que concluirá en cinco meses y que estará al mando del capitán de navío Gonzalo Horacio Nieto, la tripulación total del buque fue de 270 personas, entre los que se encuentran 48 mujeres. Entre ellos, serán 51 guardiamarinas en comisión los que profundizarán expresamente su formación antes de concluir sus estudios en la Escuela Naval Militar.
Una práctica desde 2007 incorporó en los viajes de instrucción de la Fragata Libertad la presencia de mujeres entre su tripulación. En el viaje de esta promoción serán 17 mujeres las que completan el medio centenar de guardiamarinas que iniciará la aventura formativa.
Haciendo historia por mar
Siempre existió una tradición guerrera en nuestra patria que relacionaba el desierto, la pampa o la cordillera con el caballo o la mula. No existía experiencia militar por mar. “Nuestros ejércitos eran de tierra”, podríamos simplificar. Pero en medio de aquellas guerras emancipatorias nació la oportunidad en base a nuevas necesidades para que muchos foráneos se incorporarán a “la causa libertadora”. Así el bravo ejército nacional de tierra enriqueció su poder de fuego incorporando otra fuerza: la marina, lo que contribuyó a la libertad de varias naciones.
Cientos de extranjeros se sumaron y compusieron una pionera escuadra patria. Será el caso de Thomas Taylor, nacido en EE.UU., comandante del bergantín “Patriota”, que es considerado héroe en Haití y que impuso al presidente Alexander Pétion el enarbolar la bandera argentina. O el caso del francés Louis Michel Aury (1788 – 1821) quien peleó en el Caribe y llegó a declarar la independencia republicana de La Florida. Relevante también será el ejemplo de Juan Bautista Azopardo (1772 – 1848), oriundo de Malta, que fuera nada más, ni nada menos, que el Jefe de la primera Armada Argentina (1811) compuesta por la goleta “Invencible”, el bergantín “25 de Mayo” y la balandra “Americana”, con el objetivo de apoyar a Belgrano en su expedición al Paraguay.
Azopardo fue también jefe y camarada de Hippolyte Bouchard (1780 – 1835), nacido cerca de Saint – Tropez, la Costa Azul en Francia y nacionalizado argentino, quien obtuvo “patente de corso” lo que le permitió luchar bajo la bandera argentina, transitar los mares y mediante ese reglamento “corsario” (entre particulares y el Estado) capturar naves enemigas y acechar puertos imperiales en defensa de los ideales independentistas. Fue soldado de San Martín en el combate de San Lorenzo e izó la bandera argentina en California.
Aunque el más resonante de todos los marinos extranjeros que pelearon por nuestra patria fue William “Guillermo” Brown (1777 – 1857), nacido en Foxford (Reino de Irlanda), cuya familia emigró a Estados Unidos. El joven Guillermo al poco tiempo quedará huérfano. Tras esa triste coyuntura trabajará en barcos mercantes estadounidenses durante diez años. Luego peleará a favor de Inglaterra; será puesto prisionero por los franceses y milagrosamente logrará escaparse. Posteriormente volverá a Inglaterra donde todo cambiará radicalmente.
Brown se enamorará en Londres perdidamente de Elizabeth Chitty y por pedido de ella se vendrán a América del Sur, para luego convertirse en el gran Almirante de la patria. La pasión, la gloria y la tragedia cubrirán a los Brown. Su yerno, el también marino y famoso patriota escoces Francis “Mayor” Drummond, agonizará horas después de haber sido perforado por una bala de cañón disparada a tres metros de distancia en el combate de Monte Santiago.
Por consiguiente, no es de extrañar como relata Pacho O’Donnell en “Los héroes malditos” (De Bolsillo. 2004): “Es difícil que pase desapercibido el notorio parecido de varias banderas de naciones centroamericanas (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua) con la argentina. Sin embargo, no es algo que se enseñe en nuestras escuelas, a pesar que al conocerlo se enciende el orgullo patriótico. (…) El motivo de tanta semejanza entre las citadas banderas centroamericanas y la nuestra, es que los corsarios autorizados por los gobiernos del Río de la Plata, que empavesaban sus navíos con la bandera celeste y blanco, se erigieron en los mares caribeños como símbolo de la guerra contra el opresor español”.
En nombre de la libertad
A lo largo de nuestra historia marítima es el noveno buque en la Armada Argentina que lleva el nombre “Libertad”. Sus antecesores son: bergantín corsario Libertad (1827), goleta Libertad (1841), goleta Libertad (1845), ballenera Libertad (1853), vapor armado en guerra Libertad (1862), transporte Libertad (1865), acorazado de río Libertad (1892), crucero auxiliar Libertad (1955).
Para ahondar en antecedentes sostendremos, que bajo la presidencia de Domingo Sarmiento se promulgó la Ley Nº 568 mediante la cual se creó en 1872 la Escuela Naval destinada a la enseñanza de los futuros oficiales de la Armada Argentina. Hasta ese entonces los marinos argentinos se formaban directamente a bordo de los mismos buques de guerra, y que recién en 1897 la “Fragata Presidente Sarmiento” se convirtió en el primer buque escuela moderno que tuvo la Argentina pensado específicamente con ese fin. La Fragata Sarmiento fue construida en Inglaterra y alcanzó a realizar 39 viajes alrededor del mundo recorriendo en total 1.100 .000 millas marinas. Actualmente se encuentra amarrada en el Dique III de Puerto Madero, Ciudad de Buenos Aires, convertida en un visitado museo.
La Fragata ARA “Libertad” fue empezada a construir durante 1953 en el Astillero Río Santiago del Astilleros y Fábricas Navales del Estado y botado a las aguas en 1955.Por decreto N.º 7922 (27 de abril de 1956) fue bautizado con el nombre “Libertad”. Es un buque de vela con gavias dobles (cinco perchas perpendiculares por palo que puede bracearse hasta 45°) y tres palos cruzados (trinquete, mayor y mesana). La altura máxima del palo mayor es de 49,8 m y tiene seis guinches eléctricos para maniobra de velas. Posee 27 velas de dacron, de la cuales son 15 cuadras, 5 foques, 6 cuchillas y una cangreja, con una superficie total de 2652 m², siendo este un buque escuela.
La fragata fue diseñada por el reconocido ingeniero y marino, oriundo de Tres Arroyos (Buenos Aires), Amelio Milo D’Arcangelo, mientras que el mascarón de proa es una escultura femenina tallada en una sección de 6 metros de longitud de roble colorado realizada por el escultor Carlos García González, y aunque en la talla aparece el nombre Niké (Victoria en griego), su nombre es Úrsula recordando a su esposa.
Indiscutidamente la Fragata Libertad es un símbolo de nuestra identidad. Por años ha sido y seguirá siendo “la embajadora argentina de los mares”, representando nuestra bandera ante el mundo, pero a su vez se ha convertido en la ejemplar cuna de gran parte de “la gloriosa muchachada de la Armada, que lejos de amor y hogar, guardan la extensión del patrio mar”, como reza la histórica marcha de la Armada Argentina.
Gentileza de Prof. Gustavo Capone