En el marco del Día Mundial del Agua, Amanco Wavin plantea 5 temáticas para tener en cuenta sobre el “oro azul” (término con que se denomina al agua por su importancia y escasez) para realizar un abordaje estratégico con el fin de cuidarla y protegerla.
“Hacer que llueva dinero” es una frase relacionada a ganar mucho dinero o lograr hacer algo muy exitoso. A lo largo de la cadena, está la oportunidad de empezar a replantearse el agua a través de la recolección, el almacenamiento y su distribución. Una buena administración del agua puede lograr ciudades más eficientes y elevar el nivel de salud, con garantía de futuro y resistencia al cambio climático y la sostenibilidad. Ha llegado el momento de ponernos creativos. Por tal motivo, Amanco Wavin, la empresa de construcción e infraestructura de Orbia, se plantea una serie de 5 tópicos a tener en cuenta en el marco del Día del Agua que se celebra el 22 de marzo.
La inversión en el agua
Es muy probable que la pregunta “¿qué tipo de agua producís?” no llegue a sonar tan extraña dentro de 20 años. El agua va en la misma dirección que la energía: eólica, limpia, gris, solar, carbón. El agua será la próxima materia prima en convertirse en un gran negocio, quizás por ello también se la empezó a denominar oro azul. Precisamente hace un tiempo, el icónico gong de Wall Street sonaba mientras el agua se convertía en futuro, una oportunidad en la cual invertir.
A nivel mundial, nuestro suministro de agua se está agotando, y donde hay disponibilidad limitada y alta demanda, las cosas pueden tornarse complicadas. No se sorprendan si en un futuro cercano, un chaparrón hace que el mercado de valores alcance su punto máximo.
¿Y si hacemos que el agua fluya, trabajando juntos?
En diez años, el 60% de la población mundial estará viviendo en ciudades. El problema que estas grandes ciudades enfrentan es su falta de suelo sin asfaltar para absorber las lluvias torrenciales causadas por el cambio climático.
La presión que las aguas residuales ejercen en la infraestructura es cada vez mayor, al igual que el daño—el costo es inmenso. El suministro de agua es, en muchas ocasiones, proporcionado por los gobiernos locales y, al igual que los sistemas de cloacas obsoletos de la ciudad, se encuentran desbordados por esta tarea gigantesca.
Público – privado
Por citar un caso, Pablo Bereciartua, ex secretario de Infraestructura y Política Hídrica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, vio la necesidad de un enfoque distinto y decidió desafiar a las empresas para que se junten con el Estado y así surjan soluciones conjuntas. Terminó con cuatro veces más de fondos en comparación con el presupuesto inicial a través de la implementación de un sistema de bonos. Con su forma de pensar innovadora, construyó un puente entre el Estado y las empresas, que resultó en infraestructura nueva y en acceso al agua para 4 millones de argentinos.
El arte ancestral de juntar agua de lluvia
Vale la pena echar otro vistazo a la forma en la que administramos el agua. Por mucho tiempo, la gente pensó que no era lucrativo juntar el agua de la lluvia utilizando las terrazas en áreas urbanas como un lugar de recolección. Hasta que una investigación reciente demostró lo contrario: recolectar agua de lluvia a través de colaboraciones entre el sector privado y el público puede proporcionar entre un 17% y un 29% del agua no potable que necesita una ciudad, reduciendo de esta forma el gasto público por suministro de agua hasta en un 85%. Eso es mucho dinero ahorrado y mucha agua almacenada, lo que previene el desgaste de los sistemas de cloacas desbordadas. Imaginen todas las terrazas de la ciudad trabajando en conjunto como un escudo protector, manteniéndonos secos y, al mismo tiempo, proporcionándonos una necesidad vital.
De llovizna a agua potable
Pequeño gran detalle: el agua de lluvia no es agua que pueda utilizarse naturalmente para uso doméstico. Aún así, es actualmente el epicentro de soluciones innovadoras para los consumidores. Esa es la razón por la que la UE cofinanció Aqualoop, un sistema para recolectar y purificar agua de lluvia para uso doméstico.
“El agua está realmente tomando una nueva dimensión, tanto en el modo en que la usamos como en su valor. Y ya es hora de comenzar a preocuparnos, pero sobre todo a ocuparnos, porque si no actuamos ahora, la ONU espera que, en el año 2050, seis mil millones de personas padezcan el acceso la falta de agua limpia”, explicó Víctor Guajardo, gerente General de Amanco Wavin Argentina.
Por redacción